En los últimos tiempos, los cambios culturales, socioeconómicos y tecnológicos han transformado la forma de alimentarse en todo el mundo. Estos cambios han dado lugar a hábitos poco saludables que conducen a problemas como la hipertensión, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y la obesidad, debido al consumo excesivo de productos industrializados y al uso de aditivos químicos. Ante esta preocupante situación, los nutricionistas tienen un papel fundamental para cambiar esta realidad.
Su labor profesional puede definirse como esencial para promover hábitos alimentarios saludables que proporcionen buena salud a la población:
– Se recomienda comer más fruta y verdura, reducir el azúcar, aumentar los nutrientes y, en consecuencia, mejorar la inmunidad;
– Planificar una infancia sana. Cuanto antes se inicien los buenos hábitos, más posibilidades hay de convertirse en un adulto sano;
– Cuando comemos adecuadamente, con los nutrientes necesarios, nuestro organismo empieza a funcionar correctamente, ya que todas las funciones de nuestro cuerpo están equilibradas;
– Diabetes, enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, obesidad, colesterol alto o incluso dificultades de concentración y memorización son algunas de las enfermedades que podemos prevenir cuando prescribimos una ingesta adecuada de nutrientes;
– Con una nutrición adecuada, se aprende a combinar la alimentación con el ejercicio físico, para tener más fuerza y mejor rendimiento en las actividades.
De este modo, la importancia de los nutricionistas en la sociedad es enorme, dado el creciente reconocimiento del impacto de la alimentación en la salud y el bienestar.
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